Faltan aun unos minutos para rematar el turno, de repente un tirón, un tirón brusco y seco delata la inequívoca llamada del pez, la cabeza, durante un instante eterno piensa en el resultado de otros lances vividos, el cerebro ordena a los brazos reaccionar y elevar la caña clavando y de repente “damos en duro” ahí hay algo grande que se debate al otro extremo del sedal y lucha con fuerza intentando permanecer cerca del fondo.
Son minutos de soledad en donde solo hay pez, donde la preocupación no existe, ni la enfermedad ni los problemas, solo nuestro espíritu que se eleva y nos hace levitar sobre las aguas, durante unos minutos somos eternos e indestructibles, felices, tal como lo fue Brad Pitt con aquella enorme iris en el rio big blackfoot, aunque mientras tanto su vida se iba al garete, es eso, solo y tanto, mi reino por un pez, mi vida en torno a un pez, 5kg de escamas, músculos y espinas, una idea en la cabeza, una obsesión, una forma de vida, es PESCA y quien lo probó….. lo sabe.