Lo cierto es que son miles los peligros que acechan a los salmones en su viaje migratorio anual, pescadores, depredadores, desaprensivos, todos acechan e intentan frustrar un viaje que va marcado en sus genes desde que siendo un huevo su madre los deposita en el lecho del río.
Muchas son pues las vicisitudes que estos majestuosos peces deben padecer, y muy poco lo que sabemos al respecto, pero el caso es que año tras año se observan en el agua o pescados, muchos salmones con heridas y marcas que en ocasiones, como en el caso de los peces con marcas de redes podemos interpretar, aunque en otras ocasiones por mucho que especulemos, dichas “marcas” tienen un difícil diagnóstico.
Este salmón de la foto me lo encontré un día en el precinto, se trataba de un pequeño salmón con unas heridas que yo, al menos no he sabido identificar, ¿un cormorán, un delfín, un arpón?
3 comentarios:
¿Un picotazo de cormorán? ¿Un corte con un cristal? Saludos
Lamprea, hom!
Parece ser a simple vista una erosión,producida por el aceite,al freír calámares,ó patátas (si no me equivoco).El día que acabeís con los salmónes;¡a que os vaís a dedicar?,quizas al mús y a recordar tiempos a los que no se les dio la valoración adecuada.
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