
Cuando el martes previo a la semana santa mi hermano me llamo y me dijo que en el musel estaban saliendo xardas, y que tal vez si teníamos tiempo podíamos acercarnos a echar unas varadas, recordé la voz de Jose Ángel, un niño de mi colegio, el héroes del simancas quien en la primavera del 86, unos meses antes de que en México, España cayera eliminada por Bélgica, me dijo, “en el musel están saliendo crías de bonito, no son muy grandes pero pelean un montón”.
Esa misma semana tuve mi primer encuentro de pesca con mi puerto, el sábado, acompañado de Iván, “el terrible” (inseparable compañero durante aquellos años), mi padre, y mi hermano comprobamos que aquellos peces no eran otros que “xardas”, (caballas), y que en efecto peleaban como demonios.
Ese fue el principio de una relación que creció, se hizo mayor y me acompaño durante los últimos años de mi niñez, adolescencia y juventud.
El musel se convirtió entonces en algo mas que un lugar en donde dar rienda suelta a mi afición, allí aprendí a escuchar las historias de pesca de aquellos viejos pescadores que en mi veían el reflejo de su propia vida, aprendí a ensartar correctamente un filetin de bocarte, a pescar al amparo de un foco, o a como y donde buscar, a una manivela del fondo, una de aquellas enormes “tenas”, que habitaban en la escalera de la aduana.
Cada esquina, cada rincón, tenia su nombre y su historia, y el acceso libre y gratuito, langreo, el vado, la escalerina, la osa, la bañera, la casera, el farin, solo algunos de los nombres que han quedado unidos para siempre con mi vida y mis recuerdos; el musel es la historia de mi vida, historia de bicicletas, autobuses y del viejo GS, de noches en vela, huracanes, mojaduras, de alegrías y penas, y como no también punto de encuentro. Era reconfortante acercarse y ver la misma gente haciendo lo mismo de siempre, Nando, Gonzalo, Vitor, Balta, Diego, Caneiro, Montu, El vasco, La cubana, García, La pelirroja, Fran el fulas, Joaquín el del mondeo, que una tarde de lluvia y tormenta, en el espigon que va de la escalera del principio a aduanas, en el mismito sitio que el muro hace un ángulo, al resguardo de una grúa dejó de ser Joaquín el del mondeo para ser Joaquín el de los 19, 19 calamares, pocos con el paso del tiempo, pero suficientes por aquel entonces para colmar los sueños del niño que un día fui.
Hoy, que ya muchos no están, hoy que todo parece mas viejo y más feo compruebo una vez mas que todo queda y todo pasa, y que al final, como dice “el loco”, “simple cuestión de tiempo.......”
Por eso, cuando el miércoles me acosté en mi habitación de Gijón, en la misma en la que tras la ventana había oído rugir mil veces el viento, y en vela había deseado que el alba trajera la calma soñada, sabia que esa noche no iba a pegar ojo, “ si solo son xardas”, no, son xardas.
“El día que llegó tenía ojeras malvasy barro en el tacón,desnudos, pero extraños,nos vio, roto el engaño de la noche, la cruda luz del alba.”
O lo que es igual, siempre dije que al país donde has sido feliz no debieras tratar de volver, o lo que es lo mismo, el amanecer me sorprendió en mi puerto, pero allí no estaba Nando, ni García, ni las xardas eran tan grandes, ni era tan fiera la pelea, ni el musel parecía ser el mismo, con su cara lavada con el agua de la modernidad, sus restricciones y sus adecuaciones a la norma europea;
De todos aquellos lugares, en casi todos aquellos rincones hoy no es posible pescar, esta prohibido, y eso me apena, porque después de mas de 20 años en mi puerto jamás he conocido un percance o un accidente grave protagonizado por un pescador, sin embargo me consta que el musel, con ese espíritu hormigonado y su asfalto ennegrecido por el carbón ha sido para muchos, como para mi, una segunda casa, una escuela, de pesca, de respeto y una isla de esperanza e ilusión para jóvenes y mayores, que ya, tal vez nunca podrán vivir lo que yo he vivido .

La "punta de la aduana"

La marabunta de boyas.

La espera.

Parece que llegan.........

Ya esta aqui!!!

Algunas de las xardas pescadas, otras muchas fueron devueltas vivas al agua.

La captura.