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viernes, 9 de abril de 2010

MAR


El mar de tan insipido es inmenso
no tiene corazón ni abre caminos
cual saliba de Dios inexplicable
viene y se va sin entregarnos nada

el mar opaco o transparente crece
o decrece en el lecho de su hondura
señor de los naufragios, deja cuerpos
en las islas que esperan su legado

a sus olas sin sol, no las conmueve
ni la sirena fiel de copenhague
el mar no es un puñal, son mil puñales
que acaban con los viejos pescadores

no sabe perdonar, su ley de siempre
es que el pez grande ha de comerse al chico
nosotros pasaremos pero el mar...
quedará como sabana y testigo


Mario Benedetti


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