Este es sin duda el río donde quisiera perderme, un río donde detrás de cada piedra hay una trucha, y si ajustas bien el lance pegado a las raíces de la orilla contraria no tardará en sucederse la picada.
En este río siempre es verano, y cada minuto es el momento culminante de un sereno.
Cada piedra, cada árbol sabe mi nombre y al verlos me cuentan historias de pesca de otros tiempos.
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